Comunicando...
Ayer a las cuatro de la tarde, me sorprendió la llamada de una amiga mexicana. La sorpresa fue más intensa de lo normal, puesto que me despertó de la siesta, y entre el susto del sonido del teléfono, y el acento alegre y despierto de mi amiga al otro lado, me costó unos segundos ponerme en situación.
Después de hablar durante más de veinte minutos, colgué, me quedé un momento quieta delante del teléfono, y pensé “qué cosas, miles de kilómetros por en medio, y nos hablamos como si nada”. Supongo que el hecho de que estuviera medio dormida, provocaba este tipo de reflexiones "profundas".
En estos momentos es cuando me doy cuenta de que las nuevas tecnologías y en especial los teléfonos, sirven para algo más que para incordiar.
Creo que no es ninguna novedad decir que en general, hay una adicción social al móvil. Nos comunicamos tanto por él que a veces me pregunto cómo serían algunas de nuestras relaciones personales si no tuviéramos móvil, y sobre todo, si no hiciéramos un abusivo uso de los mensajes de texto. A través de los mensajes se queda con los amig@s, se inician relaciones, y se cortan, se felicita, se convocan manifestaciones o lo que sea, se comenta lo aburrida que es la intervención de tal o cual persona y lo pesada que se está haciendo la reunión, y en general, también se dicen todas esas cosas que un@ no se atreve a decir a la cara.
El móvil se ha convertido en una parte más de nosotr@s. Él nos acompaña allá donde vamos, si vas a comer con un amig@, él reinará la mesa, y molestará una media de tres veces con sus lucecitas, sonidos y vibraciones diversas, ya sea porque le llaman, le mandan mensajes, le recuerda el cumpleaños de su tía abuela, o con ofertas de no sé qué puñetas te ahorrarás en llamadas… y si se te ocurré mantener una conversación mínimamente importante con tu acompañante, él estará ahí para recordarte que forma parte de tu vida y que no le olvides, o cuando estés haciendo algo más que hablar, será también él, personificado en alguien preguntando a qué hora llegarás a casa.
¿Qué pasaría si de repente desparecieran los móviles? Creo que si esto pasara, se acabarían amistades o ni siquiera empezarían, se romperían matrimonios y parejas por no tener el control de la otra persona, utilizando el “hola cariño, ¿dónde estás?” (ya que el “cómo estás” suele ser secundario), desaparecerían las quedadas imprevistas con l@s amantes, y quebraría más de una empresa.
O tal vez seríamos más auténtic@s, más valientes y más personales. No lo sé.
Después de hablar durante más de veinte minutos, colgué, me quedé un momento quieta delante del teléfono, y pensé “qué cosas, miles de kilómetros por en medio, y nos hablamos como si nada”. Supongo que el hecho de que estuviera medio dormida, provocaba este tipo de reflexiones "profundas".
En estos momentos es cuando me doy cuenta de que las nuevas tecnologías y en especial los teléfonos, sirven para algo más que para incordiar.
Creo que no es ninguna novedad decir que en general, hay una adicción social al móvil. Nos comunicamos tanto por él que a veces me pregunto cómo serían algunas de nuestras relaciones personales si no tuviéramos móvil, y sobre todo, si no hiciéramos un abusivo uso de los mensajes de texto. A través de los mensajes se queda con los amig@s, se inician relaciones, y se cortan, se felicita, se convocan manifestaciones o lo que sea, se comenta lo aburrida que es la intervención de tal o cual persona y lo pesada que se está haciendo la reunión, y en general, también se dicen todas esas cosas que un@ no se atreve a decir a la cara.
El móvil se ha convertido en una parte más de nosotr@s. Él nos acompaña allá donde vamos, si vas a comer con un amig@, él reinará la mesa, y molestará una media de tres veces con sus lucecitas, sonidos y vibraciones diversas, ya sea porque le llaman, le mandan mensajes, le recuerda el cumpleaños de su tía abuela, o con ofertas de no sé qué puñetas te ahorrarás en llamadas… y si se te ocurré mantener una conversación mínimamente importante con tu acompañante, él estará ahí para recordarte que forma parte de tu vida y que no le olvides, o cuando estés haciendo algo más que hablar, será también él, personificado en alguien preguntando a qué hora llegarás a casa.
¿Qué pasaría si de repente desparecieran los móviles? Creo que si esto pasara, se acabarían amistades o ni siquiera empezarían, se romperían matrimonios y parejas por no tener el control de la otra persona, utilizando el “hola cariño, ¿dónde estás?” (ya que el “cómo estás” suele ser secundario), desaparecerían las quedadas imprevistas con l@s amantes, y quebraría más de una empresa.
O tal vez seríamos más auténtic@s, más valientes y más personales. No lo sé.
posted by promotora de somnis @ 19:09
5 comments
Des de la Plataforma Jove Progressista, Ecologista i Sobiranista es defensa plenament i els considera imprescindibles per a la transformació social aquests deu punts:
